Mensaje del 27 de febrero de 2007 - "Hijos míos, estoy aquí hablando a ustedes sólo debido a Jesús. Él, que con su Sangre, sus Dolores, sus Heridas y su Pasión les dio la salvación y todavía la ofrece. Vengo por su infinita misericordia y su amor infinito, porque Él me envía. Él me envía para avisarlos, avisarlos que muchas personas pueden perderse. Dios les dio la salvación, hijos míos. Pero ustedes necesitan buscarla con sus vidas y acciones. Hay personas que andan en el camino del abismo con sus malas vidas y sus malos sentimientos. Hay muchas personas que van a la iglesia, pero hacen cosas de quién anda en el camino de la perdición. Por eso, conviertanse, hijos míos. Conviertanse rápidamente. Hay poco tiempo. Ustedes no necesitan sólo hacer buenas obras. Ustedes necesitan ser buenas personas también. Ustedes no necesitan sólo orar mucho. Ustedes necesitan amar también. Ustedes no necesitan sólo tener fe en el corazón. Ustedes también deben tener la caridad. ¿Dónde ella está? Porque yo no la veo en los corazones de muchos. Muchas personas cantan y alaban a Dios en la iglesia y lo adorarn desde el fondo de sus corazones. Pero después de salir de la iglesia, ellos odian su hermano y no perdonan ninguna ofensa que reciben. Ustedes suplican a Dios pidiendo gracias. Pero muchas personas que oran no ayudan a los demás cuando pueden ayudar... ¿Cómo recibirán la ayuda de Dios? El amor por Dios es muy fácil, hijitos. Él es maravilloso. El amor por todos los hermanos es difícil, pero no es imposible. Todo es posible para aquellos que creen. Y Dios quiere les ayudar a caminar con Él en su camino. Él es el camino, el camino que conduce a la salvación. Él quiere salvar a todos y les invita a mirar sus vidas y hacer un buen "Examen de Conciencia" para el bien de ustedes mismos. Yo sé que muchos de ustedes gustan hacer algo para mí y para Dios. Pero en primer lugar, piensen en caminar en el camino de la salvación con un buen ejemplo. Este buen ejemplo los aproximará de Dios. Sólo así, su vida será menos dolorosa, menos pobre y sin sentido. El sentido de la vida es vivir con Dios en cada momento y hacer su santa voluntad. No sean aquellos que sólo dicen: 'Señor, Señor'. Pero sean aquellos que hacen lo que Él pide y que es para su propio bien, para su felicidad en este mundo que se convirtió en un mar de lágrimas y dolores. La solución para la paz está con quien vino desde muchos años atrás: el Mi Hijo Jesús. Sólo con Él. Nadie más."
Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.