Al principio de cada decena: "Sagrados Corazones de Jesús y de María, sed nuestro amor y salvación."
Cada cuenta pequeña: "Jesús, María os amo, salvad almas."
Al final del Rosario se repite 3 veces: "Sagrados Corazones de Jesús y de María, haced que os ame cada vez más."
Jesús dijo a Sor María Consolata Betrone en Turin, Italia:
“Cada vez que se pronuncia este acto de Amor “Jesús y María, os amo, salvad las almas”, un alma se salvará.”
“Cada vez que se pronuncia este acto de Amor “Jesús y María, os amo, salvad las almas”, un alma se salvará.”
"Piensa en Mí y en las almas. En Mí, para amarme; en las almas para salvarlas." (22 de agosto de 1934).
"La renovación de este Acto debe ser frecuente, incesante: Día por día, hora por hora, minuto por minuto."(21 de mayo de 1936).
"Consolata, di a las almas que prefiero un Acto de amor a cualquier otro don que pueda ofrecerme. Tengo sed de amor"(16 de diciembre de 1935).
“Esta oración comprende todo: Las almas del Purgatorio, las de la Iglesia militante, las almas inocentes, los pecadores, los moribundos, los paganos, todas las almas. Con ella podemos pedir la conversión de los pecadores, la unión de las Iglesias, por la santificación de los sacerdotes, por las vocaciones del estado sacerdotal y religioso, etc.”
"¿Quieres hacer penitencia? ¡Ámame!"
"Recuerda que un Acto de amor decide la salvación eterna de un alma y, vale como reparación de mil blasfemias. Sólo en el Cielo conocerás su valor y fecundidad para salvar almas.”
"No pierdas tiempo, todo Acto de amor es un alma".
“Repetir frecuentemente ese acto de amor hasta ser incesante, continuamente, porque continuamente van muchas almas al infierno porque no hay quién las salve.”
Dice San Agustín: "Quién salva un alma, asegura su propia salvación.”