sábado, 24 de mayo de 2014

Apariciones de Nuestra Señora de Laus

Entre mayo de 1664 y diciembre 1718, durante 54 años , la Virgen Maria se apareció en Laus, Francia, a Benedicta Rencurel (Benoîte), 17 años de edad. Estas apariciones fueron reconocidas oficialmente por la Iglesia en 2008. En mayo de 1664, Saint Maurice se apareció a Benedicta en el Valle de los Hornos, cerca de Laus, Alpes franceses, y advirtió: "Usted verá a la Virgen María. Ella está en el Cielo, pero viene cuando se desea en la Tierra." Al día siguiente, la joven fue con su rebaño de cabras a la Gruta de los Hornos, donde la Virgen se apareció durante tres meses. La Virgen vino con el Niño Jesús en sus brazos. Entre mayo y finales de agosto de 1664, la Virgen se apareció a diariamente en la región de Valle de los Hornos. Luego pasó a aparecer mensualmente en Laus. El 29 de agosto de 1664, Nuestra Señora dijo: "Yo soy la Virgen María, la Madre de mi amado Hijo. Les traigo mi Hijo Jesús por la reconciliación." Nuestra Señora pidió una capilla para recibir peregrinos y la Confesión. La gente se empezó a rezar en el lugar y sintieron el aroma de las rosas. Muchos enfermos fueran sanados milagrosamente. Durante 54 años siguientes, Benedicta Racurel, tuvo varias apariciones hasta su muerte. Muchas apariciones eran mensuales y con intenciones de que la Virgen le pidió para rezar. La mayoría de los mensajes de Nuestra Señora de Laus no fueron escritos. Muchos aceptaron las apariciones, pero tuvieron dificultades y humillaciones. Benedicta tuvo visiones de la Pasión de Jesús y sufrió mucho por la conversión de los pecadores. Ella siempre estaba disponible para los peregrinos y enfermos. Benedicta falleció pacíficamente y en gran santidad, de 71 años, el 28 de diciembre de 1718. Algunos mensajes de Nuestra Señora en Laus: 

"Hija mía, ore. Sea buena. Sea paciente y abnegada. Haga penitencia. Ore el Rosario todos los días." 
"¿Usted me podría ofrecer una oveja y una cabra? Usted las ama much y les da pan y uvas, pero que sería mejor dar esto para los pobres." 
"Invite a los jóvenes de San Esteban para llegar al Valle de los Hornos a la Fiesta de la decapitación de San Juan Bautista." 
"Si usted quiere verme, venga a la capilla de Laus. Mire todas las puertas de las casas para encontrar una capilla donde se siente bien." 
"Pronto no habrá nada, sin duda, en la capilla. Me gustaría ver las telas, velas y otros adornos. Quiero una iglesia en honor de mi amado Hijo Jesús. Muchos pecadores y pecadoras se convertirán." 
"Los enfermos deben utilizar el aceite de la lámpara del santuario. Con aceite de la lámpara, si ustedes aplican y piden mi intercesión con la fe, podrán ser sanados." 
"Oren sin cesar por la conversión de los pecadores."

miércoles, 14 de mayo de 2014

Apariciones de Nuestra Señora en Gietrzwald

Las apariciones y mensajes de Nuestra Señora en Gietrzwald, pequeño pueblo de Polonia, se sucedieron a Barbara Samulowska, de 12 años, y Justyna Szafrynska, 13 años, a las 18 horas, hora del Ángelus, entre el 27 de junio y 16 de septiembre 1877. Esos días, ellas se preparaban a hacer su Primera Comunión. Las videntes fueron investigadas por separado y durante las apariciones consideradas creíbles por los sacerdotes. En 1977, el Papa Pablo VI dio plena aprobación al Santuario en el lugar de las apariciones. Uno de los mayores promotores de mensajes de Gietrzwald fue el Beato Weichslowi Agustín (1830-1909), que fue párroco en Gietrzwald y ayudó a las videntes. 

Aparición de 27 de junio: La hora del Angelus, Justyna estaba cerca de un árbol en frente de la iglesia y vio a la Virgen, vestido blanco, velo azul, con los pies en una nube y una corona de doce estrellas alrededor de su cabeza.

Aparición de 28 de junio: Justyna regresó al lugar al día siguiente en la misma hora con la amiga Barbara Samulowska. Ellas rezaron el Rosario y vieron a la Virgen sentada en un trono, el Niño Jesús en sus brazos y los Angeles. El Niño Jesús estaba sosteniendo un globo azul coronado por una Cruz en sus manos.

Aparición de 30 de junio: Las niñas preguntaron lo que Nuestra Señora quería. Ella respondió: "Quiero que oren el Rosario todos los días."

Aparición 01 de julio: Las niñas recibieron la Primera Comunión y Justyna preguntó quién era. La Señora respondió: "Yo soy la Virgen María, la Inmaculada Concepción." 

Aparición 03 de julio: Las niñas preguntaron acerca de la curación de los enfermos. Nuestra Señora respondió: "Los milagros sucederán y los enfermos serán sanados después. Las personas enfermas deben rezar el Rosario." 

Aparición de 28 de julio: Las niñas preguntaron por una persona que jura en falso con el Nombre de Dios. La Virgen María dijo: "Esta persona no merece ir al Cielo y es inducida por Satanás." 

Aparición de 01 de julio: Las niñas recibieron la Primera Comunión y Justyna preguntó quién era. La Señora respondió: "Yo soy la Virgen María, la Inmaculada Concepción." 

Aparición de 03 de julio: Las niñas preguntaron acerca de la curación de los enfermos. Nuestra Señora respondió: "Los milagros sucederán y los enfermos serán sanados después. Las personas enfermas deben rezar el Rosario." 

Aparición de 28 julio: Las niñas preguntaron por una persona que jura en falso con el Nombre de Dios. La Virgen María dijo: "Esta persona no merece ir al Cielo y es inducida por Satanás." 

Aparición de 01 de agosto: Barbara preguntó si la parroquia recibirá sacerdotes próximamente. Nuestra Señora respondió: "Sí. Si las personas oran piadosamente, la Iglesia no será oprimida y las parroquias abandonadas recibirán sacerdotes próximamente." 

Aparición de 8 de septiembre: Nuestra Señora dijo: "Ahora los enfermos pueden beber esta agua para recibir la curación." 

Aparición de 16 de septiembre: Nuestra Señora bendijo a todas las personas presentes y una imagen pequeña y dijo: “Oren el Rosario devotamente." 

Las niñas fueron víctimas de la persecución del gobierno de Polonia, que también persiguió a la Iglesia. Ellas se convirtieron religiosas. Barbara fue a París y Guatemala, donde trabajó en los hospitales y orfanatos, llena de humildad, modestia y obediencia. Ella murió santamente en 1950 a los 85 años. Ella es considerada Siervo de Dios y espera proceso de Canonización.

lunes, 12 de mayo de 2014

Aparición de Nuestra Señora de La Salette

El 19 de septiembre de 1846, en una meseta montañosa al sudeste de Francia, cerca del poblado de La Salette, Nuestra Señora se aparício a Maximino Giraud, 11 años, y a Melanie Mathieu, 15 años, que estaban cuidando el ganado. Vieron a una Señora que estaba sentada en una enorme piedra. Tenía el rostro entre sus manos y lloraba. Melanie y Maximino estaban atemorizados, pero la Señora, poniéndose lentamente de pie, cruzando suavemente sus brazos, les llamó: “Acercan, hijitos míos. No tengáis temor. Estoy aquí para anunciar una gran noticia.” Melanie dijo: “La Santísima Virgen era muy alta y bien proporcionada. La Santa Virgen era toda bella y toda formada de amor. La corona de rosas que tenía sobre la cabeza era tan bella, tan brillante, que no puede uno darse una idea de ella. Todo formaba una bellísima diadema, que brillaba ella sola más que nuestro sol de la tierra. La Santa Virgen tenía una hermosísima Cruz suspendida de su cuello. Esta Cruz parecía ser dorada. Sobre esta Cruz toda brillante de luz, estaba un Cristo, estaba Nuestro Señor, los brazos extendidos sobre la Cruz. Casi en las extremidades de la Cruz, había de un lado un martillo, del otro una tenaza. El Cristo era de color carne natural, pero brillaba con gran esplendor. Y la luz que salía de todo su Cuerpo parecía como dardos muy brillantes que hendían mi corazón con el deseo de fundirme en Él. A veces el Cristo parecía estar muerto: tenía la cabeza inclinada y el cuerpo estaba como abatido, como por caerse, si no hubiese sido retenido por los clavos que lo retenían a la Cruz. Otras veces el Cristo parecía vivo, tenía la cabeza erguida, los ojos abiertos, y parecía estar sobre la Cruz por su propia voluntad. A veces también parecía hablar, parecía querer mostrarnos que estaba en la Cruz por nosotros, por amor a nosotros, para atraernos a su amor. Mostrarnos que él tiene siempre un amor nuevo por nosotros, que su amor del principio y del año 33 es siempre el de hoy, y que permanecerá siempre. La Santa Virgen lloraba casi todo el tiempo que me habló. Sus lágrimas corrían una a una, lentamente, hasta sus rodillas. Luego, desaparecían como cen¬tellas de luz. Eran brillantes y llenas de amor. Hubiese querido consolarla, y que Ella no llorase más. Pero me parecía que tuviese necesidad de mostrar sus lágrimas para mostrar mejor su amor olvidado por los hombres. La Santísima Virgen tenía un delantal amarillo y dos cadenas, una un poco más ancha que la otra. Los zapatos eran blancos, pero de un blanco plateado, brillante, había rosas a su alrededor. Estas rosas eran de un belleza esplendorosa, y del corazón de cada rosa salía una llama de luz muy bella y muy agradable de ver. Sobre los zapatos había una hebilla de oro, no del oro de la tierra, sino, por cierto, del oro del Paraíso. La voz de la Bella Señora era Dulce. Los ojos de la Augusta María parecían mil y mil veces más bellos que los brillantes, los diamantes y las piedras preciosas. Los ojos de la Bella Inmaculada eran como la puerta de Dios." 
El mensaje de Nuestra Señora de La Salette:  
“Si mi pueblo no quiere someterse, me veré obligada a dejar caer el brazo de mi Hijo. Es ya tan fuerte y tan pesado, que no puedo contenerlo más. ¡Hace tanto tiempo que sufro por ustedes... Para que mi Hijo no los abandone, es preciso que le ruegue incesantemente. Y ustedes no toman esto como una verdadera advertencia. No importa cuanto oren, no importa lo que hagan, nunca podrán recompensar los dolores que he tomado por todos ustedes. Seis días concede Dios a la gente para trabajar y se reserva El el séptimo día. Pero la gente no quiere hacerle caso y trabaja el Domingo. Esto es lo que hace que el Brazo de mi Hijo sea tan pesado. Aquellos que conducen las carretas no pueden jurar sin introducir el Nombre de mi Hijo. Estas son las dos cosas que hacen el Brazo de mi Hijo tan pesado. Si la cosecha se arruina, es por su culpa. Yo los he alertado el año anterior con la cosecha de papas, pero no tomaron mi advertencia. Todo lo contrario, cuando encontraron que la cosecha de papas se había arruinado blasfemaron y tomaron el Nombre de mi Hijo en vano. Se van a seguir arruinando de tal manera que para las Navidades no quedará ninguna. Si tienes semilla de trigo, no es buena para que la siembres. Todo lo que siembres será comido por los insectos, y lo que crezca se transformará en polvo cuando ustedes traten de desgranar las espigas. Vendrá una gran hambruna. Pero antes de que llegue la hambruna, los niños de menos de siete años serán atacados por temblores y morirán en los brazos de quienes los sostienen. Los demás harán penitencia por la hambruna. Las nueces vendrán malas y las uvas se pudrirán. Si se convierten, las piedras y las rocas se transformarán en montañas de trigo, y las papas crecerán solas en la tierra. Ustedes hacen bien su oración, hijos mios? Ah, mis pequeños, ustedes deben asegurarse de orar bien cada mañana y cada tarde. Cuando no lo puedan hacer mejor, digan al menos un Padre Nuestro y un Ave María. Cuando tengan tiempo, digan más oraciones. Ya nadie asiste a Misa excepto por unas pocas ancianas. El resto trabaja el Domingo, todo el verano. Luego, cuando llega el invierno, cuando no saben qué hacer van a Misa a burlarse de la religión. Luego, durante Cuaresma, van al mercado a comprar alimentos, como si fuesen perros. ¿Han visto alguna vez trigo arruinado?” 
“No Señora”, ellos respondieron.  
“Pero tú, mi pequeño, tu seguramente lo has visto cuando estuviste en la granja de Coin con tu padre. El dueño del campo le dijo a tu padre que vaya y vea el trigo arruinado. Ustedes fueron juntos. Tú tomaste dos o tres espigas de trigo en tus manos y las frotaste, y se transformaron en polvo. Luego fueron a casa. Cuando estaban a una distancia de media hora de Corps, tu padre te dio una hogaza de pan y te dijo: aquí, mi hijo, come al menos algo de pan en este año. No sé quien comerá algo el año próximo, si el trigo continúa de este modo. Bueno, hijos míos, ustedes harán saber esto a toda mi gente.”

viernes, 2 de mayo de 2014

Apariciones de Nuestra Señora en Garaison

El 1515, la Virgen se apareció 3 veces en Garaison, Francia, para Anglese de Sagazan, de 10 años, quien estaba pastoreando sus ovejas cerca de la casa de la familia. No és conocida la fecha de las tres apariciones. 

Primera aparición: Anglese pastoreaba sus rebaños y se sienta cerca de una fuente bajo unas flores de espino para comer su pan crujiente y negro, uno de los alimentos de cada día de los pobres. Nuestra Señora se aparece con un vestido blanco y brillante. La bella Dama sonrió con ternura y le dijo: "No temas. Yo soy la Virgen María, Madre de Dios. Vaya decir a Padre Monleón que él debe construir una capilla aquí, por qué he elegido este lugar y derramaré mis dones." Y la Virgen desaparece en el aire. Anglese advirtió a su padre, Guilhem de Sagazan, que notificó inmediatamente el sacerdote Monleón, que no creyó. 

Segunda aparición : El día siguiente, el mismo lugar y hora, la Virgen María se apareció de nuevo para Anglese. La niña habló sobre el sacerdote que no creyó. Nuestra Señora repitió la petición: "Quiero una capilla aquí." Y desaparece. Anglese fue con su padre para hablar con el sacerdote que exigió una prueba. 

Tercera aparición : El día siguiente, la misma hora y lugar, Anglese está acompañada por miembros de su familia y vecinos. Los testigos no vieron, pero escucharon Nuestra Señora decir: "Busquen su alforja y donde guardan el pan en casa. No se olviden de dar gracias a Dios por sus bendiciones." Maravillados, ellos buscan. Y los panes, que siempre eran negros, son ahora blancos. Los habitantes y pueblos vecinos hacen procesión jubilosa. Ellos pusieron una Cruz en el sitio de la aparición y construyeron un modesto oratorio. Grandes multitudes vienen en los próximos días a rezar a la Virgen. En 1540, se construyó una capilla. La fuente de agua milagrosa que apareció en el sitio cura a muchos pacientes. Anglese se convirtió en una religiosa en Fabas. Muchas personas trataron de recoger los pedazos de su ropa como reliquias. Ella murió en santidad en 1582, 79 años de edad.