jueves, 20 de junio de 2019

Rosario de las Santas Llagas

Se reza con un rosario común con la meditación de las Cinco Llagas en lugar de los 5 misterios. 

Al comenzar decimos: "Oh! Jesús, Redentor Divino, sé misericordioso con nosotros y con el mundo entero. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Perdón y misericordia, Jesús mío cúbrenos de los peligros con tu preciosa Sangre. Eterno Padre, ten misericordia de nosotros por la Sangre de Jesucristo, tu único Hijo."

En las cuentas del Padrenuestro se dice: "Eterno Padre, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas."

En las cuentas del Avemaría se dice: "Jesús mío, perdón y misericordia: por los méritos de tus Santas Llagas."

Al terminar se dice tres veces: "Eterno Padre, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas."

Sor Maria Marta Chambon

Françoise Chambon nació el 6 de marzo de 1841en la aldea de Croix Rouge, cerca de Chambéry, en Francia. Tuvo visiones de Jesús y María desde los nueve años. El 1862, se unió al Monasterio de la Orden de la Visitación en Chambéry a la edad de veintiún años, y recibió el nombre de Maria Marta. Comenzó a tener visiones de Jesús Crucificado desde el año 1866 hasta el final de su vida. Jesús Crucificado mostró sus Llagas y dio muchos mensajes, divulgados en todo el mundo y, principalmente, enseñó el Rosario de las Santas Llagas. Murió el 21 de marzo de 1907 a la edad de 66 años, en santidad. La causa de la beatificación se introduja en 1937.

Oración a Jesús en el Sagrario

Oración a Jesús en el Sagrario que Santa Teresa del Niño Jesús rezaba: 

“¡Oh Dios escondido en la prisión del Sagrario! Todas las noches vengo feliz a tu lado para darte gracias por todos los beneficios que me has concedido y para pedirte perdón por las faltas que he cometido en esta jornada, que acaba de pasar como un sueño. ¡Qué feliz sería, Jesús, si hubiese sido enteramente fiel! Pero, ¡ay! Muchas veces, por la noche estoy triste porque veo que hubiera podido responder mejor a tus gracias. Si hubiese estado más unida a Ti, si hubiera sido más caritativa con mis hermanas, más humilde y más mortificada, me costaría menos hablar contigo en la oración. Sin embargo, Dios mío, lejos de desalentarme a la vista de mis miserias, vengo a ti confiada, acordándome de que ‘no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos’. Te pido, pues, que me cures, que me perd ones, y yo, Señor, recordaré que ‘el alma a la que más has perdonado debe amarte también más que las otras.’ Te ofrezco todos los latidos de mi corazón como otros tantos actos de amor y de reparación, y los uno a tus méritos infinitos. Y te pido, Divino Esposo mío, que seas tú mismo el Reparador de mi alma y que actúes en mí sin hacer caso de mi s resistências. En una palabra, ya no quiero tener más voluntad que la tuya. Y mañana, con la ayuda de tu gracia, volveré a comenzar una vida nueva, cada uno de cuyos instante s será un acto de amor y de renuncia. Después de haber venido así, cada noche, al pie de tu Altar, llegaré por fin a la última noche de mi vida, y entonces comenzará para mí el día sin ocaso de la eternidad, en el que descansaré sobre tu Divino Corazón de las luchas del destierro. Amén.”

Mi Corazón materno sufre mientras miro a mis hijos

Mensaje del 2 de noviembre de 2018 en Medjugorje: 

“Queridos hijos, mi Corazón materno sufre mientras miro a mis hijos que no aman la verdad, que la esconden; mientras miro a mis hijos que no oran con sentimientos y con obras. Estoy muy triste mientras le hablo a mi Hijo, que muchos hijos míos ya no tienen fe, que a Él no lo conocen, a mi Hijo. Por eso os invito a vosotros, apóstoles de mi amor: procurad mirar en los corazones de los hombres hasta el fondo, y allí encontraréis, con seguridad, un pequeño tesoro escondido. Mirar así es misericordia del Padre Celestial. Buscar el bien, incluso donde se encuentra el mal más grande, tratar de comprenderse los unos a los otros y no juzgar, es lo que mi Hijo pide de vosotros; y yo, como Madre, os invito a escucharlo. Hijos míos, el espíritu es más poderoso que el cuerpo, y llevado por el amor y las obras supera todos los obstáculos. No olvidéis: mi Hijo os ha amado y os ama. Su amor está con vosotros y en vosotros cuando sois uno con Él. Él es la luz del mundo, y nadie ni nada logrará detenerlo en la Gloria final. Por eso, apóstoles de mi amor, no tengáis miedo de dar testimonio de la verdad. Testimoniadla con entusiasmo, con obras, con amor, con vuestro sacrificio y, sobre todo, con humildad. Testimoniad la verdad a todos aquellos que no han conocido a mi Hijo. Yo estaré a vuestro lado, yo os alentaré. Testimoniad el amor que no cesa nunca, porque proviene del Padre Celestial que es eterno y ofrece la eternidad a todos mis hijos. El Espíritu de mi Hijo estará a vuestro lado. Nuevamente os invito, hijos míos: orad por vuestros pastores, orad para que puedan ser guiados por el amor de mi Hijo. ¡Os doy las gracias!”

Mensaje anual del 18 de Marzo de 2009 a Mirjana

La aparición anual de Mirjana Dragicevic comenzó a las 13:52 y duró hasta las 13:58.

“¡Queridos hijos! Hoy os invito a mirar sincera y largamente en vuestros corazones. ¿Qué veréis en ellos? ¿Dónde está Mi Hijo en ellos y el deseo de seguirme hacia El? Hijos míos, que este tiempo de penitencia sea un tiempo en que os pregunteis: ¿qué desea personalmente de mí mi Dios? ¿Qué debo hacer? Orad, ayunad, tened el corazón lleno de misericordia. No olvidéis a vuestros pastores. Orad para que no se pierdan, para que permanezcan en Mi Hijo a fin que sean buenos pastores de sus rebaños.” La Virgen miró a todos los presentes: De nuevo les digo: Si supierais cuánto os amo lloraríais de alegría. Gracias." 

(Mensaje de Nuestra Señora en Medjugorje)

domingo, 2 de junio de 2019

Letanía de San Claudio de la Colombière

Señor, ten piedad de nosotros. 
Cristo, ten piedad de nosotros. 
Señor, ten piedad de nosotros. 
Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. 
Dios, Padre Celestial, ten piedad de nosotros. 
Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros. 
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros. 
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros. 
Santa María, Madre de Dioos, ruega por nosotros. 

San Claudio, imitador de Jesucristo, ruega por nosotros. 
Anfitrión de Jesucristo, 
Víctima del amor de dios, 
Muy obedientes a la voluntad de Dios, 
Fiel observador de la ley del Altísimo, 
Todo para Dios y todo para la salvación del prójimo,
Lleno de dones celestiales, 
Imagen viva de la perfección, 
Espejo de todas las virtudes, 
Torrente de consolaciones divinas, 
Lirio plantado en tierra virgen, 
Campo del paradiso de la Iglesia, 
Santuario de las gracias, 
Glorioso mártir de la voluntad, 
Sol de la perfección, 
Semilla del evangelio, 
Director de Santa Margarita, 
Apóstol del Sagrado Corazón, 
Escudo de la fe, 
Predicador de la Penitencia, 
Alegría de tus padres, 
Honor de tu país, 
Antorcha del mundo, 
Hombre de oración, 
Justo hombre y fiel a Dios, 
Hombre enseñado por dios, 
Hombre según el corazón de Dios, 
Cuya lengua era como el órgano del Espíritu Santo, 
Cuyas palabras y ejemplos nos llevan al camino de la salvación, 
Cuya mortificación ha sido continua y generosa, 
Cuya vida y moral imitaron fielmente las de Jesucristo, 
Privado de placeres por causa de Dios, 
Sin cansar para la salvacion de las almas, 
Separado de todos los intereses del mundo para el servicio del prójimo, 
Advertido de las gracias celestiales, 
Que aprovechó la fuente de la Divinidad, 
Que ha vivido en la presencia de Dios,
Que ha usado toda su elocuencia para publicar la grandeza de Dios, 
Que llevó a los cristianos a una verdadera conversión, 
Que ha sufrido calumnias y cárceles por la fe, 
Que ha expirado en el Sagrado Corazón de Jesucristo, 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor. 
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor. 
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros. 

Ruega por nosotros, San Claudio de la Colombière, 
R: Que podamos obtener de Dios la gracia de vivir y morir en unión con el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo. 

Roguemos: San Claudio de La Colombiere, obtenga para nosotros la gracia para imitar sus virtudes en este mundo y de adorar eternamente el Sagrado Corazón con usted en el Cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Que así sea.

Responder al amor de Jesús con un corazón puro

Mensaje del 2 de mayo de 2019 en Medjugorje: 

“Queridos hijos, con amor maternal os invito a responder al gran amor de mi Hijo, con un corazón puro y abierto, con total confianza. Yo conozco la grandeza de Su amor. Lo llevé dentro de mí, Hostia en el corazón, luz y amor del mundo. Hijos míos, que yo me dirija a vosotros también es un signo del amor y de la ternura del Padre Celestial, una gran sonrisa llena del amor de mi Hijo, una invitación a la vida eterna. La Sangre de mi Hijo fue derramada por amor a vosotros. Esa Sangre preciosa es para vuestra salvación, para la vida eterna. El Padre Celestial ha creado al hombre para la felicidad eterna. No es posible que perezcáis vosotros que conocéis el amor de mi Hijo, vosotros que lo seguís. La vida ha vencido: ¡mi Hijo está vivo! Por eso, hijos míos, apóstoles de mi amor, que la oración os muestre el camino y la manera de difundir el amor de mi Hijo, la oración en su forma más sublime. Hijos míos, cuando procuráis vivir las palabras de mi Hijo, también estáis orando. Cuando amáis a las personas con las que os encontráis, estáis difundiendo el amor de mi Hijo. El amor es lo que abre las puertas del Paraíso. Hijos míos, desde el comienzo he orado por la Iglesia. Por eso, también os invito a vosotros, apóstoles de mi amor, a orar por la Iglesia y sus servidores, por aquellos a quienes mi Hijo ha llamado. ¡Os doy las gracias!”

Ser instrumentos dignos en las manos de Dios

Mensaje del 25 de mayo de 2019 en Medjugorje: 

“Queridos hijos: Por su misericordia, Dios me ha permitido estar con vosotros, e instruiros y guiaros hacia el camino de la conversión. Hijos míos, todos vosotros estáis invitados a orar con todo el corazón para que se realice el plan de salvación en vosotros y a través de vosotros. Sed conscientes, hijos míos, de que la vida es breve y os espera la vida eterna según vuestros méritos. Por eso orad, orad, orad para que podáis ser instrumentos dignos en las manos de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

Oración y Acto de Confianza en Dios

“Dios mío, estoy tan persuadido de que veláis sobre todos los que en Vos esperan y de que nada puede faltar a quien de Vos aguarda toda las cosas, que he resuelto vivir en adelante sin cuidado alguno, descargando sobre Vos todas mis inquietudes. Mas yo dormiré en paz y descansaré; porque Tú ¡Oh Señor! Y sólo Tú, has asegurado mi esperanza. Los hombres pueden despojarme de los bienes y de la reputación; las enfermedades pueden quitarme las fuerzas y los medios de serviros; yo mismo puedo perder vuestra gracia por el pecado; pero no perderé mi esperanza; la conservaré hasta el último instante de mi vida y serán inútiles todos los esfuerzos de los demonios del infierno para arrancármela. Dormiré y descansaré en paz. Que otros esperen su felicidad de su riqueza o de sus talentos; que se apoyen sobre la inocencia de su vida, o sobre el rigor de su penitencia, o sobre el número de sus buenas obras, o sobre el fervor de sus oraciones. En cuanto a mí, Señor, toda mi confianza es mi confianza misma. Porque Tú, Señor, solo Tú, has asegurado mi esperanza. A nadie engañó esta confianza. Ninguno de los que han esperado en el Señor ha quedado frustrado en su confianza. Por tanto, estoy seguro de que seré eternamente feliz, porque firmemente espero serlo y porque de Vos ¡oh Dios mío! Es de Quien lo espero. En Ti esperé , Señor, y jamás seré confundido. Bien conozco ¡ah! Demasiado lo conozco, que soy frágil e inconstante; sé cuanto pueden las tentaciones contra la virtud más firme; he visto caer los astros del cielo y las columnas del firmamento; pero nada de esto puede aterrarme. Mientras mantenga firme mi esperanza, me conservaré a cubierto de todas las calamidades; y estoy seguro de esperar siempre, porque espero igualmente esta invariable esperanza. En fin, estoy seguro de que no puedo esperar con exceso de Vos y de que conseguiré todo lo que hubiere esperado de Vos. Así, espero que me sostendréis en las más rápidas y resbaladizas pendientes, que me fortaleceréis contra los más violentos asaltos y que haréis triunfar mi flaqueza sobre mis más formidables enemigos. Espero que me amaréis siempre y que yo os amaré sin interrupción ; y para llevar de una vez toda mi esperanza tan lejos como puedo llevarla, os espero a Vos mismo de Vos mismo ¡oh Creador mío! Para el tiempo y para la eternidad. Así sea. La penitencia es una virtud que nos lleva a trabajar por eliminar de nuestra vida todo aquello que nos separa del amor de Dios y del amor al prójimo. No es un sentimiento, una experiencia emocional, sino mas bien un acto de la voluntad. Muchos confunden la penitencia exclusivamente con actos externos de expiación, sin embargo es toda una actitud interior.”