lunes, 7 de enero de 2013

Mensaje del 1 de septiembre de 2008

Mensaje del 1 de septiembre de 2008 - "Mis queridos y amados hijos, quiero agradecer, desde el fondo de mi Corazón, a cada hijo, a cada hija que acogió y rezó esta Novena que pedí aquí. Yo vi y escuché cada uno que rezó esta Novena. Todos las sus oraciones fueron importantes. Todas llegaron al Cielo, al Trono de Dios y Él las escuchó. Y gracias a la bondad de Él, sus oraciones promovieron resultados en el mundo. Jesús y yo estamos muy felices con eso. Pero es necesario mucho más. Por eso, hijitos, continúen orando esta Novena! Oren por el mundo, porque eso es agradable a Dios. Es hermoso cuando una persona también piensa en los demás y los ayuda con acciones, palabras y oraciones. Hacer el bien a los demás es recibir los bienes de Dios. Cuando ustedes oran por el mundo, también están unidos conmigo y a todo Cielo. Todos los que están en el Cielo oran por los que están en el mundo. Hay personas que necesitan más que ustedes y están sufriendo más que ustedes. Quiero agradecer, desde el fondo de mi Corazón, a cada hijo que me ayudó a ser más oída divulgando mis mensajes. Gracias porque ustedes no recularon y no omitieron. Pocas personas acogen mis mensajes, pocas personas ponen en práctica y pocas personas quieren propagar. Continuén divulgando, hijitos! Yo vengo a prevenir los malos. Ustedes no quieren... Yo vengo a avisarlos. Ustedes no dan importancia... Por lo tanto, el mundo pasará por momentos de gran dificultad, pero hasta em este momento se verá la misericordia de Dios por todos los que escucharon su llamado. Yo gustaría que el llamado que hizo en esta Novena hiciese eco en el mundo entero, porque maravillas se sucederian. La oración hace milagros y las personas que oran son el pilar del mundo. Sientan mi proximidad y mi presencia todos ustedes que practican mis peticiones com fervor. Sean ejemplos de fe, esperanza y caridad. Quién cambiará este mundo son las personas que tienen amor. Sean sencillos y sensibles a los sufrimientos de los demás. Tengan un corazón de carne y no un corazón de piedra. Que en cada día, sus corazones sean um poquito más semejantes al Corazón de Jesús y al mi Corazón. Exalten y honren más la Cruz de Jesús. Glorifiquen a Jesús Crucificado. Estos siete años de este apariciones fueran debido a los méritos y el honor de mi Siete Dolores. Yo vine gracias a Jesús y por causa de Él. Él permitió y me envió. Y en el gran dolor delante Jesús en la Cruz, Él me dio el consuelo de ser la Madre de todos ustedes. Yo soy la Madre de la Humanidad. Y Dios es el Padre de toda la Humanidad y de todas las naciones. Dios es el Creador de todas las razas y continentes. Él ama a todas las naciones y quiere salvar a todas. No tengan miedo y no se preocupen, mis hijos, porque Dios siempre intervino en este mundo y Él siempre intervendrá por lo éxito de todas las cosas. Como todo Padre, Él non se cansa de intervenir por el bienestar de sus hijos. Ustedes pueden construir iglesias en mi honor. Pero primero, honren y valoricen más la presencia de mi Hijo Jesús en los Tabernáculos de todas las iglesias de la Tierra. Todos los años, celebren este día, 1 de Septiembre, como la fiesta de María, Madre de la Humanidad, en este mes dedicado a la Biblia que es la solución y salvación para la Humanidad entera. Yo bendigo a todos en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Adiós, mis hijos queridos, adiós!"

Mensaje de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.