miércoles, 30 de mayo de 2012

Mensajes acerca de Eucaristia

Los mensajes de Nuestra Señora acerca de la Eucaristía son muy importantes. La mayoría de estas apariciones tuvieron lugar en las iglesias y cerca de los Tabernáculos. 

Mensaje del 2 de abril de 2003 - "Estoy apareciendo en las iglesias porque mi Hijo Jesús está presente en todos los Tabernáculos.” 

Mensaje del 4 de abril de 2006 - "Hijos míos, la Eucaristía es la gracia más grande que ustedes pueden recibir de Dios. Nada ni ninguna persona es más importante que Dios. Permanezcan con Jesús, hijos míos, y Él permanecerá con ustedes. Reciban Jesus en sus corazones. Dejen Jesus actuar in ustedes y todas las cosas cambiarán en sus vidas. Sus vidas serán diferentes. Ellas serán vidas llenas de alegría y no de tristeza.” 

Mensaje del 16 de julio de 2005 - "Jesús está esperando que ustedes hablen con Él. Pero muchos no van. Jesús está esperando, esperando, esperando..." 

Mensaje del 23 de agosto de 2002 - "Cuando ustedes tuvieren algún problema, vayan a la iglesia, delante del Tabernáculo y depositen allí, a los Pies de Jesús. Hablen sus problemas y sus sentimientos. Él los escucha y da mucha atención cuando hablan con Él. Ustedes no se pasan desapercibidos cuando van a la iglesia. Cuando ustedes entran a la iglesia, ¡Jesús se alegra! Él llena de amor y abre los Brazos para les recibir! Y ustedes olvidan esto... Piensen, piensen en cuanto Jesús los ama y que nada en el mundo es mayor que el amor de Dios." 

Mensaje del 9 de abril de 2002 - "Veo personas caminando por las calles en frente de las iglesias. Ellas miran a las iglesias, pero no recuerdan que Jesús está allá dentro com su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Y ellas pasan avante como si esto no fuese nada!" 

Mensaje del 1 de septiembre de 2004 - "Cuando ustedes abren sus corazones y reciben a Jesús en la Eucaristía, Él se alegra! Jesús sonríe. Él entra sonriendo en ustedes! Jesús se alegra cuando van a la Missa y abren sus corazones para Él en la Comunión." 

Mensaje del 22 de septiembre de 2002 - "Por qué ustedes dejan de ir a la Misa sin razones? La persona que pierde una Misa está perdiendo muchas gracias. Miren lo cuanto que ustedes ha perdieron... No, hijos míos, ustedes no saben cómo la Eucaristía es importante. Si supiesen, nunca perderían la Misa debido a pereza.” 

Mensaje del 19 de agosto de 2007 – “Jesús está aquí en el Tabernáculo y en tantas iglesias diseminadas por toda la Tierra, pero pocas personas lo visitan con frecuencia. Otros sólo lo visitan cuando están en grandes problemas. Y luego lo dejan en la iglesia. Los que visitan a Jesús en el Santísimo Sacramento todos los días son siempre los mismos, son siempre aquellas pocas personas. A veces, es fácil contar cuántos están presentes en la iglesia. Vayan siempre a la Misa en los domingos. Si ustedes pueden ir durante la semana, vayan. Nunca falten sin razones de la Misa, ya que cada Misa tiene un valor infinito. No pierdan ninguna oportunidad de ir, porque no saben si estas son sus últimas oportunidades. Cada Misa será muy útil para sus almas después de la muerte.” 

Mensaje del 16 de noviembre de 2002 - "Participen de la Misa conscientemente. La Misa es una gracia de Dios para ustedes. La Santa Misa y Adoración del Santísimo Sacramento son grandes regalos que Dios da a ustedes con amor. Es necesario que los reciban con amor, el amor que viene de ustedes, hijitos.” 

Mensaje del 6 de febrero de 2003 - "Hijos míos, oren a mi Hijo Jesús. La verdadera oración no cansa a nadie. Cuando se cansa de orar, és porque no se oró verdaderamente. No hablen sin necesidad dentro de la iglesia. Hagan silencio y hablen sólo con Jesús. Hablen solo el necesario. Jesús quiere escuchar sus oraciones y no sus conversaciones." 

Esta oración fue recomendada por Nuestra Señora en Divinópolis el 19/10/2002: “Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del Costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús, óyeme. Dentro de tus Llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus Santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén.” 

Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.