Nuestra Señora está muy preocupada por la situación mundial actual. Sin embargo, ella siempre habla de esperanza, cambio y mejora en sus mensajes. Ella colocó esperanza a todas las intenciones de la Novena que enseñó. Ella nos recuerda que Dios siempre actúa a favor de sus hijos queridos.
Mensaje del 6 de agosto de 2007 - "Hijos míos, nada de lo que hacen para Dios será sin valor. Pocas cosas pueden convertirse en muchas cosas en las Manos de Dios, como una pequeña semilla puede convertirse en un gran árbol lleno de frutos. Dios puede hacer todo, hijos míos. Por eso, entreguense plenamente y con confianza en sus Manos, aunque hoy en día tan pocos se entregan... Hoy en día, se suceden las mismas cosas como el tiempo de Jesús. Jesús vino a este mundo para mostrar el camino de la salvación para ustedes y muchas personas lo rechazaron. Hoy en día, yo vengo a ustedes y muchas personas no aceptan mis apariciones. Jesús dijo muchas cosas bellas y importantes para ustedes, pero el mundo no dio importancia para ellas. Hoy en día, yo han dado muchos mensajes, pero pocas personas quieren escuchar. El pueblo judío condenó Jesús a la muerte. Hoy en día, muchas personas le rechazan. Aquellos soldados azotaron a Jesús y lo coronaron con espinas. Hoy en día, muchas personas lo azotan con el desprecio. Aquello pueblo insultaba Jesús en el camino del Calvario. Hoy en día, muchas personas blasfeman contra Él y lo coronan con ofensas. Jesús llevó una pesada cruz en la Espalda y un enorme peso sobre sus Hombros Sagrados. Hoy en día, yo tengo que sostener el peso inmenso del Brazo de la Justicia Divina sobre este mundo. Es muy grande el peso de la Justicia Divina sobre muchos pecadores obstinados. Jesús vierte la misericordia, pero ellos no quieren y no piden. Por lo tanto, la Justicia Divina camina hasta aquellos que rechazan conscientemente el perdón que Dios ofrece. Jesús sufrió terriblemente en la Cruz. Hoy en día, Él sufre de nuevo con tanto abandono y olvido. Delante de la Cruz, yo sufrí viendo a mi Hijo Crucificado. Hoy en día, yo sufro viendo a mis hijos en el mundo de esta manera. Delante de Jesús en la Cruz, sólo estaban yo con Juan, María Magdalena y algunas piadosas mujeres. Hoy en día, pocas personas están delante de Jesús pidiendo misericordia para el mundo. Vean, hijos míos, hoy suceden las mismas cosas que sucedían antes. Los apóstoles y los primeros cristianos eran perseguidos, encarcelados y martirizados. Hoy en día, las personas que quieren servir a Dios son los que más sufren. En la Biblia, vemos que Sodoma y Gomorra (Génesis 18,16-33 y 19,1-29) cometían tantos pecados que Dios tuvo que castigarlas. Los pecados de Sodoma y Gomorra no son diferentes de los pecados de hoy. Ellos son los mismos. Esta es la misma maldad de aquello tiempo. Pero la Sangre de Jesús Crucificado es misericordia siendo derramada sobre el mundo continuamente. En el Libro de Jonás, vemos que Nínive había tantos pecados que Dios quería destruirla. Hoy la Humanidad está destruyendo a sí misma por su propia libertad. ¿Todo lo que sucedió antes está repitiendo ahora en la misma manera... Por eso, estoy aquí, ¿hijos míos! ¿Porque yo amo ustedes! Yo soy la su Madre y vengo alertarlos y advertirlos. Estoy aquí dando más este mensaje en este momento. ¿Pero ya sé que muchas personas no darán importancia a eso..."
Mensaje del 1 de diciembre de 2001 - "Yo prometo que mi Inmaculado Corazón triunfará.”
Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.