Estas apariciones continúan siendo analizadas por algunos sacerdotes de la diócesis de Divinópolis, Brasil desde su principio. La Iglesia Católica siempre fue siempre lenta y cuidadosa en el reconocimiento de todas las apariciones de la Virgen Maria en el mundo. Cuando sucede una nueva aparición, la Iglesia examina los mensajes, los testigos, las frutos, los signos y factos por un largo tiempo y sólo después decide o hace algún juicio. Pero mientras esto, después de haber sido derogados los cánones 1399 e 2319, debido a la intervención del Papa Pablo VI em 1966, los escritos relativos a nuevas apariciones y mensajes pueden ser dispersos y leídos por los fieles, desde que se observe la moral cristiana.