Mensaje del 1 de enero de 2004 - Día de Santa María, Madre de Dios: "Yo vengo por todos y para Dios salvar a todos. Yo quiero todos cerca de mi. Todos, lo que son o lo que hacen, Dios ama mucho y infinitamente con todo su Corazón. Pero miren a mi Inmaculado Corazón herido. Mi Corazón está herido y rodeado de espinas como el Corazón de Jesús por los pecados de la Humanidad que están muy numerosos. Consuelen mi Corazón rodeado de espinas! Y conforten my Hijo Jesús, que no merece lo que recibe. Él merece amor, amor y no ofensas. Conviertanse, hijitos amados, conviertanse. No esperen, no demoren. Luego, muy luego, vendrá la justicia de mi Hijo. No me hagan llorar. No hagan Jesús sufrir como si estuviese en la Cruz con estos pecados, ¡con tanto pecado! Hagan penitencia, hijos míos, ¡penitencia! Yo soy la Reina de la Paz y vengo traerla hoy al mundo. El mundo no quiere recibirla porque no se convierte. La paz, mis hijos, la paz. Yo les dejo la mi paz, la paz que Jesús les da y que quiere tanto para ustedes, porque Él los ama mucho. Él es el Dios del amor y de la paz. El mundo, que no le quiere, sólo tiene el odio y la violencia que continuarán si ustedes no orar y convertir rápidamente. Reciban mi bendición. Yo derramo sobre el mundo entero todas las gracias que me piden en la oración."
Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.