Mensaje de 30 de diciembre de 2005 - Día de la Sagrada Familia: "Una familia que ora es un consuelo para mi Corazón. Una persona que cree es una alegría para Dios. Una persona que va a la iglesia es la mejor amiga de Jesús. Un corazón que tiene fe, tiene la vida eterna. La persona que cree será salva. La persona que no cree, condena a sí misma. Hijos míos, yo soy la su Madre. Yo soy la Madre de las familias. Yo, Jesús y San José estamos con cada una de sus familias. Miramos a cada hogar. El mundo está sufriendo tanto, ¿hijos míos! Pero no tengan miedo. Dios está viendo todo y los socorre. El mundo no puede seguir más como está. Jesús tiene que volver. Y Él volverá para los liberar, para eliminar todo el mal y los salvar. Padres, madres e hijos, yo estoy con ustedes. Ustedes padres, sean como San José. Ustedes madres, sean como yo, María. Ustedes hijos, sean como Jesús, sean como el propio Dios, un Dios que ama, perdona, que es misericordia, no tiene odio, no tiene ira, no tiene malicia. Oren, hijos míos, y tendrán amor en sus corazones. Amen y tendrán la paz. Tengan paz y tendrán el propio Dios, porque Él es la paz. Sólo la persona que tiene a Dios en el corazón es feliz. Sólo tiene a Dios quién es santo y hace la su voluntad. Oren por sus familias y por las otras familias que ustedes no conocen. Oren por las familias que no tienen a Jesús, por las familias que tienen a Satanás con ellas, por los hogares distantes de Dios. Yo quiero salvar cada una con Jesús. Estoy muy preocupada y muy afligida por ustedes."
Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.