Mensaje del 1 de noviembre de 2005 - Día de Todos los Santos: "Ustedes están aquí en esta iglesia porque quieren Jesús. Ustedes quieren ser felices. Esta felicidad está en el Cielo, está allá. Pero para llegar allá, ustedes tienen que ser santos. Sólo aquellos que son santos entran en el Cielo. Miren a los Santos que celebramos hoy. Ellos son una alegría para mí y para Dios. Ellos fueron Santos por qué quisieron ser. Ser santo no es imposible. Cuando una persona quiere, ella consigue. Con Dios, nada es difícil. Con Dios, todas las cosas son logradas. Los Santos dejaron Dios actuar en sus vidas. ¿Ustedes no dejan... Los Santos se abrieron completamente para Dios. ¿Ustedes no se abren... Los Santos quisieron hacer la voluntad de Dios. ¿Ustedes no quieren... Los santos vivieron los Diez Mandamientos. ¿Ustedes no viven... Sólo es santo quién ama a Dios sobre todas las cosas. Sólo es santo quién ama al hermano como a sí mismo. Sólo es santo quién vive el amor. Vivir la santidad es vivir el amor. En estos tiempos difíciles, yo digo a ustedes: coraje, hijos míos, coraje! Ustedes no pueden tener miedo ni desesperar. Tengan coraje, mucho coraje en el mundo de hoy. No piensen en el futuro ni en el mañana. Piensen en el hoy. Vivan el día de hoy. Este es el único momento que tienen para ser santos. Pero ese momento termina. Su vida aquí en la Tierra no es eterna. Sus vidas son simples pasajes que pasan muy rápidamente. ¿Y cuando ustedes fueren para delante de Dios para ser juzgados y Él preguntar por qué no fueron santos? ¿Qué ustedes dirán? ¿Qué responderán? Decidanse por Dios, hijos míos. Este tiempo es tiempo de las decisiones. ¿Ustedes no se deciden... Controlen su voluntad y deseos del cuerpo. No hagan todo que quieren, ya que pueden hacer el mal. Los Santos supieron controlar sus malos deseos. El tiempo de ellos ya pasó. Ellos están en el Cielo ahora. El tiempo de ahora es de ustedes. Esta es la vez de ustedes ser santos. Hijos míos, tomen y carguen su cruz y el sufrimiento en sus vidas. Acepten la cruz con paciencia y resignación. Todos los Santos cargaron su cruz. Nadie llega al Cielo sin la cruz. Para ser santos, sean como niños, sean niños. Los santos fueron así. Yo y Jesús fuimos niños uno día y permanecimos así durante toda la vida. Sean niños, Humanidad adulta, jóvenes y ancianos. No importa la edad o lo que hacen. Sean niños puros, simples y amorosos. Los niños son los más grandes ejemplos para ustedes, son los santos de hoy. Sean como ellos. No sean arrogantes, mentirosos, rencorosos, impuros, avaros, ni materialistas. No, no sean nada de esto. Sean caritativos y generosos, amantes de la oración y de la Eucaristía. Todos los Santos dieron valor a la Eucaristía y siempre venían a la iglesia para recibir la Comunión y adorar a Jesús. Oren todos los días al Espíritu Santo. Pidan Él todos los días. Para ser santos, pidan el Espíritu que es Santo. Y sean siempre como niños. Dios salvó ustedes. Ahora, apenas tomen la salvación que es ofrecida. Los Santos son las flores que hoy adornan el Paraíso. Pero allá caben muchas, muchas más. Y ese espacio en que faltan flores es para ustedes que están aquí en este mundo. Que en la alegría de la eternidad, nosotros estemos juntos. Y allá cantaremos una alabanza eterna al Señor, aquello que es Santo, Santo, Santo.”
Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.