Mensaje del 6 de abril de 2007 - Viernes Santo: "Miren cómo mi Hijo Jesús sufrió, cuánto dolor Él sentió en aquella Cruz... Cuán grande es su amor y su misericordia. El mundo es feliz de tener un Dios así. Dichosos son ustedes por ser hijos de Dios. Doy gracias a Dios todos los días por todo lo que Él hizo. Alegrense, hijitos. Alegrense de tener un Padre tan maravilloso. Con ustedes, yo espero el día de la Resurrección llegar, el gran día de la alegría. Respondan al amor infinito de mi Hijo Crucificado. No sean malos ni ingratos para Él. No sean como las personas que lo condenaron. No sean como los soldados que lo golpearon y azotaron. No coronen Jesús con sus terribles pecados diarios, con sus pecados tan bobos... No hagan ser inútil su Pasión, sus Heridas, sus Dolores y de su Sangre derramada... Sean como yo, como Juan, como María Magdalena, que seguimos a Jesús hasta la Cruz. Sean cómo las mujeres piadosas de Jerusalén, como Verónica, como Simón de Cirene que consolaron y aliviaron el sufrimiento de mi Hijo. No lo hagan sufrir más. No renueven sus Dolores. Conviertanse, hijitos. Yo digo de nuevo y pido más una vez. Yo no vendré a hablar nada nuevo para ustedes. Porque ustedes no hacen la gran nueva, que es el Evangelio de mi Hijo. La mayor maravilla para el mundo es la venida de Jesús, su Pasión y Resurrección. Y el mundo se ha olvidado de ellos... La mayor gracia y mayor mensaje es lo que Dios les dijo en la Biblia. No se olviden, hijitos. No se olviden, no se olviden. Ustedes no tendrán mucho êxito se sólo meditaren hoy acerca de la Pasión de Jesús y continuaren siendo los mismos durante todo el año. Cambien, hijos míos. Cambien para que la vida pueda cambiar. Si ustedes no cambiaren, las cosas seguirán siendo las mismas y sus vidas no tendrán sentido. No dejen que sus vidas sean inútiles y pasen sin valer nada. Ellas tienen valor, un gran valor. Ellos tienen mucho valor, porque Jesús sufrió por ustedes y derramó su Sangre Preciosa, su Sangre infinitamente valiosa para que ustedes tengan un lugar en la vida eterna. Por lo tanto, hijos míos, que desde hoy ustedes tengan una nueva vida. Nazcan de nuevo. Dejen el hombre viejo y las cosas viejas. Sólo Jesús puede les dar una nueva vida. Sólo puede renacer de nuevo quien está con Él. Permanezcan siempre con Él!"
Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.