La Virgen pide el ayuno a pan y agua. Ella nos pide para ofrecer nuestros sufrimientos a Dios y hacer sacrificios por los demás y por la evangelización.
Mensaje del 17 de febrero de 2008 - "Hijitos, ustedes hacen sacrificios por todo, por su sustento y trabajo, pero no hacen sacrificios por la salvación de sus propias almas."
Mensaje del 2 de enero de 2003 - "Ofrezcan sus trabajos, sus cansancios y los sufrimientos del día para consolar a Jesús por tantos pecados que Él recibe."
Mensaje del 10 de marzo de 2004 - "Cada dolor que sienten, cada enfermedad, cada sufrimiento, cada lágrima que derraman, entreguen en sus Manos inmediatamente y no estean deprimidos. Jesús sufrió mucho más que ustedes y está Vivo y Resucitado. Que en el Domingo de Pascua, sus corazones tengan una nueva vida. Jesús fue un hombre sencillo, siendo el Hijo de Dios y el Dios propio. Él murió y resucitó. ¿Y ustedes que son las personas más amadas por Él? ¿Piensan que Él les dejará morir en el pecado? No. Él quiere salvarlos. Y Él salvará a cada uno. Depende de su voluntad y su entrega. Jesús no les obliga a nada, ni yo. Todo depende de ustedes. Él los ama, ama, ama tanto que se entregó en la Cruz y se humilló al máximo para salvarlos. Ahora, tomen cada uno su cruz y vayan con Él hasta el Calvario. Piensen en Él y sufran con Él. Hoy ustedes sufren en el cotidiano. Sufran con Jesús. Acepten, toleren, soporten el sufrimiento y la cruz. Dios salvará ustedes porque Él los ama infinitamente y siempre los amará. Ahora, divulguen este mensaje!”
Mensaje del 1 de diciembre de 2001 - "Todos ustedes necesitan de me, su Madre, para les ayudar. Yo digo: cambien y tengan cuidado. ¿Lo que yo dije en Fátima? Conversión, conversión y la oración del mi querido, amado y santo Rosario. Hijos míos, ahora este año, yo pido la misma cosa a ustedes. Oren, oren mucho por los pecadores. En el mundo, hay miles de ellos que pueden perderse y yo no quiero eso para mis hijos. La vida es tan corta y ellos, en vez de ser buenos con su Dios, lo maltratan. Conviertanse, conviertanse todos. En el infierno están aquellos que no se decidieron por Dios, pero se decidieron por el pecado. No piensen en ofender a Dios, porque Dios ya está muy ofendido. Su dolor es imposible imaginar. Ustedes son pequeños, pero pueden hacer grandes ofensas. Penitencien. Pidan perdón muchas veces por sus pecados. Pidan perdón! Que el Padre Celeste los perdone. Sean como los pastorcitos de Fátima, Jacinta, Francisco y Lucía, que hicieron muchos sacrificios y les daré las gracias más abundantes, gracias tan espléndidas y extraordinarias que ninguna fortuna ni dinero no pueden comprar. Sacrifiquense. Yo estoy con ustedes para les ayudar. Los Ángeles están aquí para los acompañar y proteger contra los demonios. Yo prometo que mi Corazón Inmaculado, en los últimos tiempos, triunfará y sus almas estarán alrededor de Él por toda la eternidad."
Mensajes de Nuestra Señora en Divinópolis, Brasil.